Casa Xcunya

Casa Xcunya. Mérida Yucatán.

Ubicada en medio de la creciente urbanización que rodea a Mérida, Casa Xcunya surge como un santuario en medio del implacable avance del desarrollo. Al observar cómo hectáreas de selva virgen desaparecen rápidamente debido a la expansión urbana y cómo los hábitats de cientos de especies se reducen, nos dimos cuenta de la necesidad de reconsiderar el concepto de vivienda. Casa Xcunya representa un cambio radical, abarcando 43,000 metros cuadrados de terrenos preservados donde no se desplaza a otras especies, con solo el 2% destinado a la residencia humana. Evitando la ostentación, Casa Xcunya adopta una ética minimalista, priorizando el valor intrínseco del hábitat natural sobre la mercantilización del espacio.

Inspirado en la fluidez orgánica de una gota de agua, su diseño armoniza con el ritmo de la naturaleza. El agua, la esencia de la vida, late en el corazón de este santuario, rodeado de muros, celosías y etéreos mosquiteros.

Casa Xcunya es más que una simple vivienda; es un manifiesto de reverencia hacia el mundo natural. Cada aspecto de su diseño, desde la orientación de sus espacios meticulosamente calibrada para optimizar el confort climático, con dormitorios ubicados en las regiones más frescas del norte y espacios comunes bañados en la suave caricia de la luz solar filtrada del oeste, ambos abrazados por el exuberante dosel de la selva, hasta su construcción basada en materiales locales y técnicas tradicionales mayas, honra la tierra sobre la que se erige. Elevada sobre cimientos de roca local, la estructura se alza 1 metro, protegiéndola de inundaciones periódicas mientras optimiza la ventilación cruzada natural; se mantiene resistente a los caprichos de la naturaleza.

En su esencia, Casa Xcunya encarna la sostenibilidad y la autosuficiencia. Con un palapa de palma natural que reduce la temperatura interior y sistemas de gestión del agua que minimizan el impacto ambiental, junto con la preservación de la flora existente como prioridad y el compromiso de plantar el triple de árboles talados durante la construcción, perpetúa la rica biodiversidad de la península. Muestra el poder transformador de la arquitectura para fomentar un futuro más sostenible.

A medida que enfrentamos los desafíos de un clima cambiante, Casa Xcunya ofrece esperanza—un recordatorio de que el diseño reflexivo y la gestión consciente pueden moldear un mundo mejor. En medio de la urbanización, se erige como un faro de inspiración—un testimonio de la capacidad de la arquitectura para elevar y sanar.